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Las ideas me saturan, y cada día más. No paro de dar vueltas a las cosas sin parar. Los deseos me destruyen, y no quiero pensarlo, pero quizás también se estén burlando de mi.

Ya no se si es fácil o es complicado, no se si es una broma o es una etapa. Pero odio pensar que la culpa es mía, que me estoy obsesionando con la perfección, y que eso es lo que lo estropea todo.

Personas equivocadas, mentes equivocadas, actos equivocados.

Lo único que están construyendo es piedra, un corazón de piedra, una falta de confianza extrema,y robar mi propio autocontrol.

Es difícil madurar en todos los sentidos a la vez, pero yo ya he aprendido demasiado de mis alarmantes fallos.