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Me gusta el diferente, el único, el contrario. Disfruto con las nuevas palabras y los nuevos nombres.
Tras tenerlo delante, conmigo, entre mi, he descubierto lo que me gusta lo distinto. Lo distinto del momento, de este momento, del momento de no querer más, de quedarse en el ahora o quizás ya, en el antes.
Tu primer momento de cada primer día era una primera vez, la primera vez de siempre. Algo, que sin duda era nuestro mejor juego.

Las complicaciones se turnan de persona en persona, y cuando tú las tienes, ahí es donde aparezco yo.