Me he pasado tantas horas analizando cuál es el lugar que ocupas en mi vida, que finalmente ha llegado el momento en el que he desistido.
Ahora es cuando todo es absurdo. Nada tiene que ser explicado, no es necesario.
Llegó el día en que me di cuenta que había perdido totalmente la cabeza, qe ya tenías ese hueco en mi día a día, que si no lo llenases estaría vacía.
A mi me dan igual los reproches de última hora, lo duras que puedan llegar a ser nuestras cabeza o el tamaño que ocupe nuestro ego. Que tu orgullo me aburre, pero es necesario, sino sería una aburrida y tu no tendrías a quien aburrir. Que mis juegos de palabra y mis exactos razonamientos te convierten en el hombre más frustrado del planeta. Pero me da igual. Me da todo igual. Menos el EROS de verdad.
Te voy a querer siempre pero siempre te estaré odiando. Es nuestro juego, y ahí es donde entras tú, en no romperlo nunca.
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